Lo sabemos, lo sabemos — ya nadie quiere hablar de COVID. Pero todavía está ahí fuera y, desafortunadamente, no va a desaparecer. La buena noticia es que los científicos y los desarrolladores de productos no se han dado por vencidos en la lucha contra el virus. Todavía están trabajando activamente en mejores formas de probarlo y prevenirlo.

Pruebas que son mejores y más baratas

En este momento, cuando se trata de pruebas de COVID, básicamente tiene dos opciones:

1. Una prueba molecular de alto costo que puede diagnosticarlo de inmediato (pero debe comprar un instrumento costoso para usarlo con la prueba o debe ir a un centro de pruebas o laboratorio y esperar sus resultados), o

2. Una prueba de antígeno casera de menor costo que puede requerir que realice la prueba dos o tres veces (con 48 horas de diferencia) antes de que una le dé un resultado positivo. ¡No es ideal! (Lea más acerca de por qué es necesario este tipo de pruebas repetidas en este artículo sobre pruebas en serie).

Algunos desarrolladores de pruebas continúan trabajando en la creación de pruebas de antígenos más sensibles: las que pueden detectar cantidades más pequeñas de virus. Otros están trabajando con diferentes tecnologías médicas que podrían hacer que las pruebas de alto rendimiento sean más asequibles. Un ejemplo de esta tecnología de próxima generación es el método LAMP. Al igual que la prueba PCR, LAMP busca ADN viral, pero puede ejecutarse en máquinas mucho menos complicadas. Ya se han desarrollado un par de pruebas caseras para COVID basadas en el método LAMP, y es posible que pronto haya más en camino.

Pruebas caseras a base de saliva

Las pruebas de saliva tienen un gran beneficio: es mucho más fácil obtener una muestra. Los hisopos nasales pueden ser difíciles para algunas personas, incluidas aquellas que se sometieron recientemente a una cirugía de los senos paranasales, las personas que son particularmente sensibles al tacto o en los casos de niños inquietos. Japón estuvo realmente a la vanguardia en el desarrollo e implementación de pruebas basadas en saliva, y los atletas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 recibieron pruebas de saliva diarias para COVID.

A fines de 2020 en los EE. UU., uno podía obtener un kit de prueba a base de saliva, recolectar su muestra en casa y enviarla por correo para procesarla en un número limitado de laboratorios. Pero la disponibilidad de estas pruebas nunca se amplió para igualar el acceso a las pruebas basadas en hisopos nasales. E incluso actualmente, mucho después de que las pruebas caseras de COVID estuvieran disponibles por primera vez, todavía no se puede encontrar aquí en los EE. UU. una prueba casera que use saliva. Sin embargo, hay compañías listas para cambiar eso, así que manténgase atento.

Pruebas caseras accesibles

Desde principios de 2022, el centro NIH han estado financiando un programa que trabaja con los fabricantes de pruebas para que las pruebas sean más accesibles para los usuarios con discapacidades. Este trabajo se centra en las mejoras para las personas que no tienen o tienen poca visión, un rango reducido de destreza o habilidades motoras finas, y aquellas que están envejeciendo. Pero muchas de las funciones que les permitirán a estos usuarios usar pruebas caseras de forma independiente (por ejemplo, paquetes más fáciles de abrir, más componentes preensamblados, instrucciones con texto más grande y tubos menos susceptibles a volcarse) harán que esas nuevas pruebas sean más fáciles de usar para todos.

Un chorro o un rocío en lugar de un pinchazo

Las vacunas mucosas se administran a través de las superficies húmedas de la nariz, la boca y las vías respiratorias superiores (de la misma manera que el COVID ingresa a nuestro cuerpo). Al igual que las pruebas basadas en saliva podrían ser una alternativa menos invasiva que las nasales, las vacunas mucosas inclusive podrían proporcionar una forma mucho menos invasiva de administrar vacunas que aquellas que se administran con inyecciones de agujas como las que conocemos ahora. Dependiendo de cómo se armen, también podrían ser más fáciles (y más baratas) de almacenar y entregar. Y las vacunas administradas a través de esos tejidos deberían ser mejores para evitar que las personas se infecten que las vacunas estándar basadas en agujas, y también podrían durar más. El desafío es que son realmente difíciles de hacer.

Las vacunas mucosas se pueden administrar por la nariz (con un chorro o una gota) o por la boca (tragando una pastilla o inhalando el vapor de un nebulizador). Algunas de ellas ya han sido autorizadas en otros países (China, India, Irán y Rusia). Tanto las vacunas orales como las nasales se encuentran en ensayos clínicos ahora para potencialmente traer vacunas mucosas a América del Norte, Europa y Japón.

Manteniéndose al día con COVID

Finalmente, no lo olvidemos; Todavía debemos vigilar de cerca la evolución del virus. Puede que no sea el aspecto más glamoroso de la batalla contra el COVID, pero es uno de los más importantes. Ha pasado tiempo desde que vimos un gran cambio, pero la próxima semana podría aparecer una nueva variante que sea más letal o mejor capaz de eludir las vacunas disponibles. Necesitamos saberlo temprano para que podamos planificar nuestra respuesta.

Me alegra ver que este trabajo continúa, y espero que usted también lo esté. Incluso si ya no teme su próxima pelea con COVID, es probable que el progreso realizado tenga efectos mucho más allá de este virus. Ya estamos viendo el desarrollo de pruebas caseras para RSV y gripe. Nuevos tipos de vacunas podrían ayudar a protegernos de otras enfermedades, tanto antiguas como nuevas. Y cuando las empresas que han aprendido a hacer que sus productos sean más accesibles descubran cuánto les gustan a las personas estas características más fáciles de usar, continuarán usándolas en productos futuros.