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“Murió de Repente”: Una Frase Aterradora

Es mucho más probable que muera repentinamente por COVID que por una vacuna contra COVID. De hecho, la vacuna ayuda a evitar que eso le suceda.

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Liz Ruark
Dos botellas de vacuna COVID

Escuchar que una persona joven, en cuestión general sana, “murió repentinamente” no solo es trágico — es aterrador e inquietante. Todos respondemos a esa noticia en una forma diferente a como lo hacemos a las noticias de otras muertes. Porque cuando alguien sano “muere repentinamente”, nos falta una información crítica: no sabemos por qué murió esa persona. Esa falta de conocimiento es un agujero grande y aterrador. Y cuando no sabemos por qué alguien murió, no sabemos cómo evitar que nos suceda lo mismo.

En las últimas semanas, algunas personas famosas que son jóvenes (o lo suficientemente jóvenes) han muerto o han estado a punto de morir — de repente. Y algunas personas se han apresurado a llenar el aterrador agujero de lo desconocido con la siguiente afirmación: sucedió porque fueron vacunados contra el COVID-19.

Las vacunas son un blanco fácil para culpar (incluso si está fuera de lugar), porque la gente quiere una razón simple: una causa, un efecto. Y si es culpa de la vacuna, eso es algo que puede evitar — aunque los datos dicen que no debe hacerlo, por razones que explicaré más adelante. Además, para muchas personas, el vacunarse en general ya da un poco de miedo. Independientemente de que tipo de vacuna sea. Se trata de agujas, después de todo, y muchas personas no están 100 por ciento seguras de cómo funciona. (Si quiere saber, consulte este artículo — le prometo que es breve).

Pero aquí está la cuestión — es mucho más probable que muera repentinamente por COVID-19 mismo que por una vacuna contra el COVID. Y no solo eso — si está vacunado, es menos probable que muera repentinamente de COVID o sus consecuencias.

Cómo COVID afecta su corazón y vasos sanguíneos.

Pensamos en COVID como una enfermedad respiratoria, porque los problemas con el sistema respiratorio son los que afectan a la mayoría de las personas. Pero uno de los otros sistemas corporales principales que COVID daña es el sistema circulatorio: el corazón y los vasos sanguíneos. El virus puede hacer que el revestimiento de los vasos sanguíneos tenga fugas y se vuelva pegajoso. También hace que sea más probable que la sangre se coagule dentro de los vasos sanguíneos, donde se supone que no debe hacerlo.

Cuando un coágulo de sangre bloquea los vasos de su corazón, provoca un ataque al corazón. Si un coágulo bloquea los vasos de su cerebro, provoca un derrame cerebral. Además, COVID puede debilitar el propio músculo cardíaco, por lo que el corazón no puede bombear tan bien. Si se debilita lo suficiente, entra en insuficiencia cardíaca. (Este video con la Dra. Celine Gounder de Kaiser Family Foundation tiene una descripción general útil del tema.)

(Céline Gounder, es la editora general de salud pública de KHN – Kaiser Health News (KHN) es un servicio de noticias sin fines de lucro que cubre la salud y la política de salud. Es un programa editorialmente independiente de la Fundación de la Familia Kaiser. – Ella analiza nuevos datos que muestran un exceso de muertes en 2020 relacionadas con enfermedades cardíacas. Las muertes, por ataque cardíaco e insuficiencia cardíaca, muestran que el virus puede afectar el corazón y que los problemas cardíacos pueden aparecer meses después de que aparentemente se haya resuelto una infección inicial de covid-19. Las vacunas reducen el riesgo tanto de infecciones graves como de problemas cardíacos posteriores).

Estas cosas pueden suceder mientras está enfermo con COVID, o pueden suceder después de que se haya recuperado de la enfermedad. Son parte de la razón por la que más de 50 000 personas murieron de enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos en 2020 en comparación con 2019. Recuerde — en 2020 no teníamos vacunas contra el COVID. Lo que teníamos era una cantidad extraordinaria de casos de COVID-19.

Si está vacunado, es mucho menos probable que tenga un caso grave de COVID. Eso significa que es menos probable que tenga cualquiera de los problemas cardíacos o de los vasos sanguíneos que causa COVID, y menos probable que muera repentinamente a causa de ellos.

Los efectos secundarios de las vacunas son reales — y casi siempre leves.

Todos los efectos secundarios más comunes de la vacuna COVID son leves — como dolor en el brazo, dolor de cabeza, fiebre o simplemente estar muy cansado. Hay tres efectos secundarios bien conocidos que pueden ser graves, y todos ellos ocurren muy raramente.

  • La vacuna Johnson and Johnson se relacionó con una probabilidad de cuatro en un millón de cierto tipo de coágulo de sangre. Ese tipo de coágulo puede ser fatal, lo cual es parte de la razón por la cual la FDA recomienda que la mayoría de las personas reciban la vacuna Pfizer o Moderna. Sin embargo, incluso con esa recomendación, aún es más seguro recibir la vacuna J&J que contraer COVID-19.

  • En casos raros, las personas que reciben una de las vacunas de ARNm (Pfizer o Moderna) pueden experimentar miocarditis o inflamación del músculo cardíaco. Sin embargo, las posibilidades de que eso suceda son muy bajas — alrededor de 100 en un millón. Además, la afección suele ser leve y no dura mucho. ¿Y adivina qué? También puede contraer miocarditis por COVID. Y cuando eso sucede como resultado de COVID, es más probable que sea grave y lo lleve al hospital.

  • El otro efecto secundario grave de la vacuna que puede ocurrir es la anafilaxia. Esa es una reacción alérgica muy grave, que puede ser fatal si no se trata de inmediato. Pero la buena noticia es que, si va a tener anafilaxia, generalmente sucederá justo después de vacunarse. Es por eso que los médicos y farmacéuticos le piden que espere 15 minutos después de haber recibido una inyección por primera vez. Si desarrolla anafilaxia, lo verán y lo tratarán de inmediato.

A veces solo necesitas esperar para saber qué pasó.

Las vacunas COVID son las vacunas más cuidadosamente estudiadas de cualquier vacuna en la historia. Han salvado la vida de más de 20 millones de personas. Ninguno de los famosos que murió repentinamente en las últimas semanas lo hizo por una vacuna — ya sea por COVID o cualquier otra cosa.

A veces, en esos casos tristes, puede tomar un tiempo averiguar cuál fue la causa de la muerte. Solo necesitábamos esperar — unos días, o una semana o dos — para saber qué sucedió realmente. Y ese momento de no saber es definitivamente aterrador. Pero llenar el vacío con ficción y más miedo no ayuda a nadie. Si podemos ser pacientes, a menudo hay una respuesta simple a lo que sucedió, — una que no solo es fácil de entender, sino que también es, de manera crucial, cierta.