Imagínese este escenario: contrae un horrible caso de avance de COVID (a pesar de que está completamente al día con sus vacunas) y está atrapado en el hospital durante varios días. Finalmente, el hospital le da de alta — ¡con una factura de $15,000, después del seguro! Y eso no incluye el tiempo perdido fuera del trabajo mientras estuvo enfermo u otros posibles gastos en los que pueda incurrir, como costos adicionales de cuidado de niños.

Desafortunadamente, este escenario es demasiado común para muchos estadounidenses. Si bien la mayoría de las personas que contraen COVID no necesitan intervención médica (especialmente si están vacunadas), para los pocos desafortunados, el costo del tratamiento puede ser devastador. Los costos de los que es responsable dependerán en particular de su plan de seguro de salud, pero si su situación es como la mía y tiene un deducible muy alto, con responsabilidades de coaseguro y gastos máximos de bolsillo, estos costos pueden comenzar a sumarse.

Veamos las posibles facturas:

• Costos de las pruebas — Si ha estado expuesto o tiene síntomas de COVID, debe hacerse la prueba. Para la gran mayoría de las personas, tanto las pruebas de antígeno como las pruebas de PCR no deben suponer un costo adicional si usted tiene un seguro.

• Visita al proveedor de servicios médicos — Si no se siente bien, su primera parada puede ser un consultorio médico. Si tiene seguro, comience por encontrar proveedores que estén en la red de su plan. Los proveedores dentro de la red generalmente son menos costosos para usted que los proveedores fuera de la red. Algunas opciones sobre dónde ir (y cuánto costarán antes de aplicar cualquier seguro aplicable) incluyen:

  • Visita virtual: Es probable que esta sea la opción más económica (y rápida): un proveedor independiente líder en el área cobra alrededor de $ 79 por visita. Además, puede hablar con un proveedor desde la comodidad de su hogar. Esta es la opción que yo elegiría primero.

  • Clínica minorista: Muchas farmacias y otros minoristas ofrecen citas sin cita previa, generalmente con una enfermera practicante o un médico asociado. Estos tienden a ser un poco más costosos que las visitas virtuales, pero menos costosos que una visita al consultorio de un médico. Un proveedor mayor cobra entre $99 y $139 para tratar enfermedades comunes, como "síntomas parecidos a los de la gripe".

  • Consultorio de atención primaria o atención de urgencia: Es posible que desee ver a su PCP si tiene una cita disponible, pero el costo puede ser más alto que las dos opciones enumeradas anteriormente. Dependiendo de cuán compleja sea realmente su visita, podría costar entre $ 100 y $ 200. Una visita de atención de urgencia tiende a ser un poco más cara que eso — generalmente unos cientos de dólares adicionales.

  • Sala de Emergencias: Esta es su opción más costosa. El cargo promedio en la sala de emergencias por el tratamiento de condiciones que podrían haber sido manejadas por un médico de atención primaria es de $2000 — y la factura tiene el potencial de aumentar aún más. Sin embargo, si tiene una verdadera emergencia, no lo dude — vaya a la sala de emergencias de inmediato.

• Hospitalización — Si necesita ser hospitalizado, los costos realmente pueden comenzar a acumularse. Al principio de la pandemia, la mayoría de las compañías de seguros privadas renunciaron a compartir los costos — como deducibles, coaseguros o copagos — para tratar el COVID, pero ahora prácticamente todas ellas han suspendido estos programas. Entonces, desafortunadamente, usted es nuevamente responsable por esto. Según un estudio, el costo para el bolsillo es en promedio de casi $4,000 para las personas con seguro privado y $1,600 para las personas con planes Medicare Advantage. Las personas mayores con Medicare tradicional estan sujetas al deducible de la Parte A de Medicare de $1,556 en 2022, más cualquier copago por sus estadías en el hospital.

• Paxlovid u otros antivirales — Tal vez se hizo la prueba al comienzo de su infección y su proveedor le recetó Paxlovid, un medicamento antiviral que ayuda a evitar que las personas de alto riesgo, especialmente las personas mayores, a prevenir que desarrollen un caso grave. ¡Buenas noticias! – el gobierno federal está pagando la cuenta de este medicamento. Algunas farmacias, sin embargo, pueden cobrar una tarifa de dispensación muy modesta para compensar a los farmacéuticos por su tiempo.

• Tratamientos con anticuerpos monoclonales — Si su sistema inmunitario no funciona bien o si es un paciente de alto riesgo que no puede tomar Paxlovid, su proveedor puede recomendarle un tratamiento con anticuerpos monoclonales. Estos medicamentos generalmente se administran en una clínica a través de una vía intravenosa. El costo de estos medicamentos puede transferirse a su seguro, donde usted puede ser responsable parcial o totalmente, según su plan. El único anticuerpo monoclonal actualmente disponible, bebtelovimab, el cual se cotiza a $2100 por dosis. Además, podría ser responsable tanto del costo de la visita como del costo de que un proveedor le administre el medicamento.

Hagamos un recuento de las facturas potenciales:

Si no recibe ningún tratamiento, no tendrá ningún costo relacionado con su infección por COVID — excepto quizás un montón de entregas de alimentos y medicamentos-de-venta-libre para tratar sus síntomas mientras se recupera en casa.

Si tiene un caso leve, quizás tenga una visita virtual y un curso de Paxlovid pagado por el gobierno federal. Esto puede costarle menos de $100 por la visita. Si necesita bebtelovimab, el costo podría ser mayor.

Si usted es uno de los pocos desafortunados que necesita un tratamiento médico extenso, incluida la hospitalización, los costos potenciales podrían ser de miles de dólares, tal vez incluso hasta el desembolso máximo de su plan de salud — que, para mí, por ejemplo, es de casi $14,000 por mi plan familiar. Y podría ser más alto. ¡Algunos planes de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act) tienen un desembolso máximo de $17,400! Esto es una buena motivación para mantenerse al día con sus vacunas COVID, para reducir la posibilidad de que alguna vez reciba esa factura.